miércoles, 3 de abril de 2013

Juez Castro 1, Fiscalía Anticorrupción 0: Un pasito en la dirección correcta


Sin duda es la noticia del día. Al fin el juez Castro ha imputado a la infanta Cristina por el caso Nóos basándose en 14 indicios. Para muchos ha tardado demasiado, ya que lleva apartada de los actos oficiales de la familia Real desde diciembre de 2011.  Por tanto, podría decirse que el señor juez se lo ha estado pensando largo y tendido. Entiendo que haya tardado tanto en tomar la decisión y  creo que a pocos les gustaría encontrarse en la incomoda situación del juez Castro. Como muy bien ha argumentado él mismo, a la vista de los indicios existentes, nadie entendería que no fuese imputada.  También está en juego la propia credibilidad del juez que, en mi modesta opinión y otras muchísimo más doctas, quedaría muy mermada de no haberse producido la imputación. Pero lo importante es que ya ha dado el paso y lo alabo por ello.
Sin embargo no se trata de algo definitivo, ya que se ha hecho contra el criterio de la Fiscalía Anticorrupción,  y ya se sabe también que el propio fiscal Anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach, ha decidido recurrir la imputación. 
Con la que le que  está cayendo a la monarquía en este momento (Corinna, las dudas suscitadas por la herencia del Rey, la desintegración de la familia Real, la posible abdicación de la que ya se comienza a hablar con cierta libertad...) y el bajo nivel de popularidad en que está la institución ahora mismo, me parece una medida muy poco inteligente por parte de la fiscalía , incluso  por muy servil que quiera ser a la casa Real. La única salvación de la monarquía como institución es que la imputación de la infanta siga adelante (decida luego lo que decida la justicia) y que se aireen también los demás frentes abiertos que tiene el Rey Juan Carlos I hasta la fecha. Si al final, la fiscalía se sale con la suya y la infanta es desimputada (permitan la expresión), el pueblo español no va a perdonar jamás a la monarquía. En tiempos de bonanza puede que la cosa quedara ahí, pero con la crisis galopante (paro, deshaucios, carestía de la vida y todos los españolitos de a pie pasándolo mal y muy, pero que muy cabreados) el tema puede alcanzar el punto de no retorno. Yo personalmente, llegado el caso  no lo lamentaría. Pero la que avisa no es traidora. ¡viva la república!

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